sábado, 7 de marzo de 2015

Noche fría

No puedo dormir en una cama tan vacía.

Siento el frío, siento el silencio, la lluvia golpea contra mi ventana sin descanso, los pálpitos luchan por partir mi pecho en dos. Como las estrellas, estás lejos; estás cerca como la luna misma. Esta noche no habrá manos entrelazadas, cuerpos que se buscan, calor que derrita el frío de mis pulmones. 

Cualquier segundo lejos de ti se me hace eterno, incluso cuando el cansancio me acuna entre sus brazos y me acompañas en dulces sueños. Un minuto, una hora, una noche, todo es demasiado cuando te ocultas en las sombras de la lejanía.

Por suerte, en esta noche fría todavía puedo escuchar el eco de tu risa y sonrío al pensar que tu alma me acompaña allá adonde vaya. Las sábanas huelen a la brisa del último otoño, y su perfume augura que no tardará en regresar la estación de las hojas caídas.

No puedo dormir en una cama tan vacía, y enfrento los miedos que aguardan en mis noches contando los días. Encenderé cientos de velas para guiarte en el mundo de Morfeo, las meteré en calabazas para no olvidar nuestra sustancia imperecedera. El sueño me vence, sí, soy humana, aunque jure Perséfone que no es así. Y en cuanto el sol asoma por el horizonte, mis ojos, abiertos para no perder detalle, buscan el pergamino, y dejo bailar la pluma sobre la carta que el viento te llevará.

Buenos días, Otoño. Escribo sin dejar de recordarte, por primera vez, en la primera luz de mi largo día. He sobrevivido una noche sin ti. Tarda lo que quieras, nuestro lazo es irrompible. Cuando el verano muera, esta flor te esperará, reluciente, en nuestro pequeño palacio de cera e incienso.

6 comentarios:

  1. Delicado, intenso, directo y, ante todo, con esa brisa calidad que llevan todos tus textos independientemente de la temática.
    Una maravilla leerte, como siempre -*letras para desayunar, ñam*-. Sigue, por favor, no hay cosa que más disfrute que leerte -bien lo sabes-.

    Un beso con sabor a pera,
    Vanclaise.

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    1. Un centenar de gracias, querida Vanclaise. Me encanta sentir tu entusiasmo por mis letras y que además ahora me lo hagas ver con comentarios :'3

      Un frío beso,

      Emily

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  3. Me matas, Emily. Es demasiado para mi pobre corazoncillo (de lectora, y también de Eki shipper).

    "Mientras espera con paciencia el día que no llega, el océano se sienta a su propia orilla y lee a viejos poetas que hablan de las olas, o tal vez de las profundidades.

    Y piensa: 'ojalá hubiera un tren que parase junto al mar'."

    Un abrazo salado,

    海♡


    P.D.: 駅

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    1. Muchísimas gracias, querida Sam. Será siempre un placer extasiar a tu pobre corazón con mis letras humildes.

      Un frío beso,

      Emily

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  4. ¿Qué puedo decir? Es un texto enternecedor, de esos que te producen una extraña sensación de calidez en el pecho.
    Un beso
    Lena

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